NICARAGUA

                                            

En el centro de Centroamérica, con extensión similar a la cuarta parte de España se encuentra Nicaragua, un país de lagos y volcanes, una tierra azul y verde cercada por las aguas: al Norte, el río Coco y al Sur, el San Juan y el gran lago Cocibolca. Al Este y el Oeste, dos océanos.



Mirando al Atlántico hay una Nicaragua poco poblada, lluviosa, de espléndidos bosques y gran riqueza mineral. Hacia occidente comienzan las montañas verdes donde crece el café. Y un poco más allá, los lagos enormes y una cadena de volcanes que desciende hasta el Pacífico. En esta zona occidental del país se concentra la mayor parte de la población de Nicaragua, en los valles productores de tabaco y de las fértiles tierras volcánicas donde se cultivan plátanos y caña de azúcar.

Pero la espléndida riqueza que la naturaleza ha ofrecido a los nicaragüenses contrasta duramente con la crueldad de su historia, donde invasiones, protectorados, guerras y regímenes dictatoriales han dado paso a un duro presente plagado de injusticia: hoy, y desde hace años, Nicaragua es el segundo país más pobre de Latinoamérica (en la triste estadística de la pobreza solo lo desbanca Haití). Con infraestructuras inadecuadas, industria exigua y pocas inversiones, la mitad de sus cinco millones y medio de habitantes vive bajo el umbral de la pobreza, sufriendo esta situación muy especialmente las mujeres y los niños. Ayudarles a encontrar un camino que les conduzca a una vida mejor a través de la dignidad y la autoestima es el trabajo en el que estamos empeñados.