Otro año termina, otro año más en el que
seguimos viendo como las crisis no cesan, dejándonos en una casi eterna
incertidumbre ante lo que pueda venir en un futuro incierto. La Covid19 parece
que quedó como otro virus invernal (con permiso de China), como la gripe, con
los que deberemos convivir; atrás deja un rastro de sufrimiento y dolor que
será difícil de olvidar.
Pero hoy el mundo sigue temblando, de
frío y de miedo, ante esa guerra que golpea el corazón de Europa, dejando
desolación en Ucrania y una tremenda crisis energética y económica que, como
siempre, sufren los más pobres; sin olvidar las migraciones, pateras de sueños
convertidas en tumbas bajo el mar; los conflictos y revueltas: ese Afganistán
talibán olvidado por todos, donde las mujeres son menos que cero, el Irán de
las melenas libres y al viento y aquellos países del tercer mundo en los que
las injusticias, enfermedades y el hambre parecen no tener fin.
Y en estas mismas seguimos en VALENCIANOS POR NICARAGUA, afrontando las eternas crisis como mejor podemos, pero satisfechos al fin y al cabo. Este ha sido un año en el que hemos trabajado duro, con los diversos proyectos pendientes terminados o en proceso de concluirse.
Logramos cumplir satisfactoriamente los trabajos en la Comunidad de La Muta, ese proyecto de cisternas de agua para labor agrícola y ganadera, y para el aseo humano, financiado por la Diputación de Valencia, en colaboración con la ONGD hermana Treball Solidari y el apoyo del INPRHU.
Uno de los 20 depósitos construidos en La Muta grafiteado con mensaje ecologista. |
También el material médico, las plantas para tratamiento de agua y los monitores de hemodiálisis donados por Alcer Turia, comienzan a operar. Una de las máquinas está ya dializando en la Unidad de Crónicos Intensivos del Hospital Antonio Lenin Fonseca de Managua; el resto de monitores y las membranas de tratamiento de agua estarán funcionando en breve, según compromiso del MINSA, en el nuevo hospital de Chinandega que está terminando de construirse.
Este 2022 que acaba ha sido el año en el que, por fin, pudimos viajar a Nicaragua. Después de la imposibilidad de hacerlo en los últimos tiempos por las restricciones de la epidemia, nuestros compañeros Toni Salvador y Pilar Bárcena, volaron hasta el país para hacer seguimiento personal de los proyectos que estamos realizando. Acompañados por los amigos del INPRHU, con su directora, Merari Blandón, que pocas semanas antes nos había visitado aquí en Valencia, pudieron también entrevistarse con diversas autoridades del país y con responsables del AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo).
Dentro de la intensa agenda, se hizo seguimiento de los diferentes proyectos actuales y los que en su momento quedaron temporalmente en suspenso por la Covid, como las becas de Chigüines o la III Campaña sobre Prevención de la Ceguera en el CENAO (Centro Nacional Oftalmológico). Visitaron las Comunidades de La Muta y pudieron contemplar, con inauguración incluida, algunas de las cisternas construidas, llenas tras las últimas lluvias. Platicando entretanto sobre las dificultades de vida que han de sobrellevar los sencillos habitantes de aquellas poblaciones remotas.
Oficinas del INPRHU en Somoto: Juan Carlos Orochena, Pilar Bárcena, Mary Ester Pérez Vilchez y Toni Salvador |
Inauguración de uno de los depósitos de La Muta |
Ahora el año termina. A pesar de todo queremos
confiar en que igual que nosotros, en nuestra modestia, nos vemos con fuerzas
para llevar algo de progreso y estabilidad a esas lejanas tierras de nuestra
Nicaragua querida, también esperamos que el mundo se calme y deje que los
ciudadanos puedan vivir en concordia y bienestar.
Eso es lo que os deseamos a todos vosotros,
socios y amigos de VALENCIANOS POR NICARAGUA, un año lleno de salud y
prosperidad.
Por un mundo solidario y en paz, FELIZ
2023.
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